Llegaba abril y Alicia decidió escribirle a Esteban, realmente su ausencia le dolía, pensaba que era el año en el que iban a estar mas cerca una vez ella pudiera viajar a Holanda y ocurría justamente lo contrario. Pasados los días, él respondió con otro correo, mostraba interés en rehacer la relación, pedía disculpas a gritos por haberla dejado a un lado, sin embargo seguía excusándose en la gran responsabilidad que tenía ahora con su trabajo. A pesar de que ella entendía, no le cabía en la mente, que esa fuera su única razón para ausentarse por tanto tiempo.
De ahí en adelante Alicia llegaba siempre a su apartamento vacío, cada noche se tomaba una copa de vino y lloraba en silencio abrazando su almohada. Cada fin de semana era una tortura para estar con sus amigos, no quería demostrarles que se estaba ahogando en un vaso de agua. Se mostraba tranquila, sonriente y continuaba hablando de sus planes de viaje así no los tuviera para nada firmes y en ellos nunca mencionaba las idea de ver a Esteban. Sin embargo ellos la notaban distante, Ali es del tipo de mujeres que piensa que "la procesión se lleva por dentro" y no tenía razones para contar lo que le sucedía. Andrés era el único que seguía allí acompañándola en todo momento y a quien se le abría por completo después de unas cuantas copas a solas, pero ni él que era su gran amigo, lograba sacarla de ese estado indescriptible lleno de nostalgia, tristeza, esperanza, amor acumulado, rabia... No sabía qué hacer para captar la atención de Esteban y bajo esas condiciones tenía muy claro que no sería precisamente bueno hacer el viaje, no quería llegar allá a recibir sorpresas.
En diciembre, Esteban simplemente se esfumó, todas sus redes sociales las había eliminado, no lo volvió a ver conectado en ningún chat, y en skype siempre offline, al parecer había cambiado también sus teléfonos en Holanda, porque ninguno le salía en servicio... En su desespero por saber de él, comenzó a llamar a los que eran sus suegros pero nunca quisieron darle información, sus amigos no sabían nada y le respondían con pequeñas evasivas y no tenía forma de comunicarse con alguien más en Holanda que le pudiera confirmar sus sospechas o al menos decirle que él estaba bien.
Alicia se sintió morir, fue perdiendo su rumbo imaginando que lo peor había pasado y en su desasosiego decidió renunciar al trabajo - a fin de cuentas llevaba mas de una semana sin ir - y fue dejándolo todo poco a poco. Se encerró en su apartamento y se le iban los días llorando, Andrés había insistido en acompañarla en su tristeza, pero no logró sacarla de ese estado en el que se encontraba y solo la veía planear y planear un viaje sin destino aparente pero tenía calculados los horarios, reservaciones en hoteles, pero no le decía hacia donde se dirigiría ni cuándo. Él igualmente sabía que ella lo buscaría por cielo y tierra.
Su familia tampoco pudo hacer nada y decidieron irse para la finca (como era acostumbrado) a pasar la navidad y el año nuevo. A ella nada le importó saber de ellos, solo quiso quedarse en la comodidad de su casa, con unas cuantas botellas de vino y una que otra de tequila que poco a poco compartía con Andrés en silencio.
Ella comenzó a empacar todas las cosas de su apartamento, Andrés le parecía un adorno más de su casa, sin embargo apreciaba su compañía a pesar de que la atacaba con preguntas todo el tiempo ¿Para qué empacas? ¿qué vas a hacer con todo esto? ¿Qué quieres hacer con tu vida? ¿Qué vas a hacer con el trabajo?... Pero de regreso no recibía más que silencios.
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