abril 15, 2012

HASTA LOS HUESOS

Como si estuviera perdida, lloré noches seguidas,
a la semana ya las lágrimas se me habían secado,
pero mis ojos,
a su manera, gritaban el desespero de mi interior.

Lloré y lloré bastante,
me dolía el cuerpo,
el alma... O yo qué sé.

Tenía tantas ganas de llorar, que hasta encontré
más motivos para hacerlo, aunque fueran ajenos a mi.

Lloré tanto, que hasta creo,
pasarán años sin que lo vuelva a hacer.
Sin embargo, la tristeza sigue
anclada aquí, en mis ojos...
Pero como siempre, sigue invisible a los demás,
porque quiere esconderse detrás de una inmensa alegría de vivir.

 
 
Blogger Templates