Cuando estaba en Colombia pronta venirme a vivir a México, estaba ansiosa, ocupada, haciendo vueltas allí, cosas allá, empacando, comprando ropa, cosas, regalos, haciendo listas mentales, viviendo a mil una vida esperando a que me recibiera otra, llena de expectativas, de aventuras, de personas por conocer, de vivencias... Estaba feliz de por fin poderle dar un giro a mi vida y lo mejor es que no me puedo arrepentir.
En este corto tiempo he conocido muchos lugares, haré la lista (aunque puede no importarles mucho) pero es para no olvidarlos: México D.F., Chapala, Tonalá, Tlaquepaque, Huaxtla, Puerto Vallarta, Nayarit (unas playas de allí), Morelia, Páztcuaro, Janitzio, Tzintzuntzán, (este en las Fiestas del Día de Muertos, hermoso), luego viajé a León (al Festival del Globo, sencillamente maravilloso), Guanajuato (ciudad hermosa) y por su puesto Guadalajara, donde ahora vivo, ciudad que encanta y desencanta, en la que a veces me pierdo y afortunadamente me vuelvo a encontrar. La ciudad que me ha acogido con sus brazos abiertos, en la que he aprendido muchas cosas sobre México, sobre la cultura, la gente, los caminos, donde estuve felizmente en el concierto de tres grandes para mí Deftones, Stone Sour y The Prodigy.
En este viaje también he aprendido lo que realmente es extrañar la casa, ya antes había vivido en otras ciudades de Colombia, y bueno, todo se aprende y mi corazón y espíritu viajero no me permite ser infeliz cuando de conocer lugares se trata. Extraño la casa porque no hay nada como lo de uno, mi familia, mis amigos, son personas con las que siempre tengo contacto y me hacen feliz a la distancia con sus detalles del día a día o con su saludito esporádico de mes en mes.
Aprendí que uno quiere más la patria cuando se va, y puede que quienes han hecho lo mismo que yo (salir del país por cualquier motivo personal, estudio, trabajo...), piensen igual que yo, creo que no hay nada como salirse del vaso, ver todo desde afuera tal vez lo hace mucho más claro, como también lo hacen mucho mas doloroso en otros aspectos.
Este reto lo he compartido con todos y debo agradecer lo importantes que han sido conmigo siempre. Ahora sólo cuento los días, para ver a mi Medellín hermosa y radiante, sin ignorar que pasa de nuevo por etapas difíciles, pero quiero verla alumbrada y florecida. Disfrutar de lo que ella me da y recargarme de buenas energías para regresar con más impulso.
Sigo contando los días... Ya faltan pocos.