septiembre 30, 2010

¡No pose pa' la foto! Parte II


Escrito por  @smartfemme



Los consejos que yo le daría a alguien que se va a tomar una 
foto para documento son:

- Saque un tiempo prudencial para hacerlo. De afán no quedan bien y demasiado preparadas se ven como foto estudio de $6.000.

- Lo importante no es qué tan arreglada (o) esté, sino qué tan neutral se vea.

- Menos es más: Evite a toda costa salir con peinados de la época o con un look que no le guste. Nada de flores, plumas, hebillas, aretes de moda o diademas. Por favor quítese las gafas de sol de la cabeza, nopegan. Si es hombre y su melena es larga, una cola de caballo o un pelo organizado queda bien.

- Use ropa atemporal, algo que usted se pondría en un día cualquiera, aunque no tan informal.

- En el caso de una mujer, si se maquilla, hágalo como si fuera a asistir a su matrimonio. No se empalague de pintura, piense en todas las personas que verán esa foto después.

NO pose para la foto, esto no es Facebook. Uno la embarra cuando intenta quedar con “mirada matadora” o alguna expresión “profesional”.

NO mire al horizonte. Ya se sabe, pero por si las moscas queda advertido (a).

- Como la cara no debe tener expresión, ensaye en el espejo y calcule el ángulo de inclinación de la cabeza, revise que sus hombros descansen y que en general los músculos faciales estén relajados. Cuando esté enla cabina de fotos respire profundo, suelte el aire y no se asuste que eso no muerde.

- Vaya a un sitio confiable, donde lo atienda alguien que sepa de verdad cómo tomar una foto. También aproveche las bondades de la fotografía digital para hacer unos ensayos y decidir cuál quiere que le impriman.

Si con estas recomendaciones no consigue obtener una buena fotografía, no sé con qué pueda. Tal vez observando sus fotos anteriores y en qué situaciones fueron tomadas verá en qué puede mejorar. Así lo descubrí, y me di cuenta una vez más, que una imagen –por pequeña que sea- vale más que mil palabras.

septiembre 24, 2010

EN PARTES IGUALES I

Anoche me desperté desesperada por no verlo ni sentirlo al lado, su lugar estaba frío y yo había caído profunda con la ropa que traía puesta de todo el día.  Primero pensé, que ser justo la otra no me ayudaba a esperarlo con tantas ansias, aún cuando me dijera que esa noche iba a ser solo para mí. Luego me llené de angustia al imaginar que algo le había pasado. Miro el reloj marcando las 2 am y yo sin poderlo llamar al celular.

Pasaban los minutos. No aguanté y lo llamé varias veces, nunca contestó.  Al menos suena, debe estar con su novia, esa perra que no hace sino manipularlo, perdón, no suelo decir "groserías" para referirme a otras personas y menos a las del mismo género, pero aquí todo se vale.

Empezamos a salir a sabiendas de que los dos teníamos otras parejas estables, el punto es que él se dio cuenta de que ella, la muy mosquita muerta, tenía un amante hacía tiempo atrás. Él quería venganza, yo solo quería un affair.  Terminé dejando al "oficial" por andar jugando a que el corazón se distribuye en partes iguales. Vaya pensamiento de mujer querendona e ilusa, creyéndome quien sabe quien o qué.

Cuando le conté a mi mejor amiga, que es mi polo a tierra me dijo, te vas a empelicular Manuela, vas a estar ilusionada con él, eso de que es solo sexo sucio, carnal y despiadado como me lo cuentas, yo no me lo creo. Yo le afirmaba esas palabras con los detalles más finos sobre lo que era disfrutar de ese hombre desnudo en mi apartamento.

Suena el celular. Miro el reloj nuevamente marcando las 4 am y yo con los ojos abiertos de par en par. Con rabia por haber dejado de la nada una relación por iniciar una nueva,  con el tipo que está ahora con la mosquita muerta manipuladora ¿y apenas me llama?.


Hola amor, he decidido acabar con todo ahora. 



Escuché unos disparos y el teléfono que caía al suelo.

septiembre 22, 2010

¡No pose pa' la foto! Parte I


Escrito por @smartfemme


De 2 x 3, de 3 x 4, de 3.5 x 4.5, de 4 x 5, de 1.5 x 2 (las de las reinas de pueblo), del tamaño que sea, una foto para documento siempre parece quedarnos más grande de lo que nos imaginamos. Recordando el historial de las que me he mandado a tomar en la vida, llego a la conclusión de que esa actividad ha sido traumática para mí.

Lástima que me doy cuenta de eso ahora que tengo más años, habría evitado serias injurias a mi imagen de haberme prevenido. Ya qué. La verdad no quisiera volverme a ver en la foto que le regalé al primer novio para que guardara en su billetera, ni en la de la tarjeta de identidad, ni en la del carné de salud cuando era niña -con una cola de caballo hacia un lado anudada en la parte superior izquierda de mi cabecita-, ni en la que utilicé para entrar a la universidad (no sé cómo me aceptaron), ni en la de la cédula, pasaporte, pase, hoja de vida, formulario o cualquier documento que exija una de esas fotitos. ¡Por Dios! Si hasta “Jane Jones” -personaje que hace Natalie Portman en “Closer”- se avergüenza de su foto, teniendo en cuenta que es una mujer bellísima, es apenas lógico que yo -y supongo que no soy la única- no sea feliz cuando me toca mostrar el documento con mi peor cara.

Aquí una muestra: Yo había tenido eso en cuenta antes de ser mayor de edad, (porque ya me había pasado lo de la foto fea), así que decidí prepararme muy bien para que la imagen de mi cédula, que iba a ser la que me identificaría de ahí en adelante, quedara lo mejor posible. Días antes decidí hacer algo con la asimetría de mis cejas, me las depilé y cuando me di cuenta tenía dos rayitas como tatuadas, porque me puse a tratar de igualarlas en forma y me las tiré. Cubrirlas con maquillaje, ni de riesgos. Dije, si quedo así, tendré que estarme quitando las cejas siempre para coincidir con la imagen de mi cédula, ¡horror! Ya resignada con ese tema, un día antes de ir a la registraduría fui a una peluquería para que me arreglaran. Mi pelo estaba en su lugar, mis cejas no tanto, pero estaba aceptable. Y oh, maravilla, cuando me fui a tomar la foto cayó un aguacero de miedo, así que quedé emparamada, con el pelo vuelto nada y la cara, ni hablar.

Ahora, salir despelucada y con ceja de 2 milímetros de ancho no era tan jocoso como salir asustada. Así es, en mi foto de cédula quedé asustada. La funcionaria de la registraduría me lo hizo saber con un comentario gracioso y ese día rogué que cuando tuviera la cédula, me la robaran para volverla a sacar. El deseo se me cumplió, dos veces de hecho, y ahora tengo una cara decente en mi documento gracias a que sólo me preocupé por estar peinada y con cejas. Me di por bien servida. Similar historia me sucedió con la licencia de conducción, pero en este caso al contrario porque la foto es espantosa, sólo le falta el letrero “SE BUSCA”. Me la tomé de afán y quedé asustada, con una cinta en la cabeza, el pelo en cola de caballo, mal sentada, la cara hacia un lado… esa licencia no la muestro a menos que sea estrictamente necesario.

¿Entonces por qué siempre quedamos mal en esas fotos aun cuando nos esmeramos por salir bien? No tengo idea, pero he de suponer por experiencia propia, que el problema está en preocuparse demasiado o muy poco. Cualquiera de esas dos es señal para que todo salga mal. Hoy en la mañana me fui a tomar una de 3.5 x 4.5 cm. y aunque el afán no me dejó estar perfecta, quedé mejor siguiendo unos tips básicos que me aprendí. Bueno, también quedé asustada como en todas, pero mis ojos son así. Mi mamá me dijo: “La próxima vez ciérrelos un poquito.”



Nota de @smartfemme: Las anécdotas escritas en este post son reales. Tengo fotografías que lo prueban pero no las voy a mostrar, ni loca.

septiembre 01, 2010

LA CONFIANZA ES VENENOSA

Desde el principio fuimos un libro abierto, me contó tantas cosas de su vida y la fui queriendo más y más en cada palabra. Me enamoré de mi mejor amiga y ahora ella pretende que siga con mi vida como si nada. Y continuaba nuestra discusión... 


Pero ¿cómo hago? si me diste todo de ti desde el principio. Se lo repetí varias veces y luego se lo grité: La confianza es venenosa. 

Sé tantas cosas de ella y ella de mi, que llegué a sospechar que iba a corresponder lo que adentro crecía, que estábamos conociéndonos... Que era mi compañera de camino. Y lo fue.

¿La confianza es venenosa? ¿qué me quieres decir con eso Roberto?

Y yo pensaba "tantas veces entre cafés y otras borracheras, entre películas y partidos de fútbol, nos podíamos quedar hablando horas y horas..."

La veía como mi amiga, como mi amante, como mi todo. Y ahora, está aquí diciendo un sartal de estupideces sobre todo lo que piensa de mi. No importa.

Y le respondo: La confianza es venenosa, porque tanto que me la diste y ahora me dejas por que la tengo. 
 
 
Blogger Templates