junio 04, 2012

¿CÓMO TE FUE EN LA "CITA"?

Hace años no tenía invitaciones a cenar ni nada por el estilo, en realidad no estaba muy animada, pero accedí por aquello del ¿por qué no? A fin de cuentas lo peor que me podría pasar era pasar una noche en un buen sitio y darme cuenta de que estaba mal acompañada.

Dos días antes habíamos quedado en la hora de llamada: - me desocupo a las 8 pm y te llamo a ver si ya estás lista. - Ok. Seguro, estaré en casa a esa hora. Respondí.

Se llegó el viernes, yo estaba vestida de manera muy casual pero creí que estaría perfecta, a fin de cuentas ni sabía para dónde iba, pero la cosa se fue complicando cuando un amigo me dice... Te deberías poner otra cosa, a él le gustan sitios que son más "formales". ¿WTH? Me cambié con su asesoría, hasta me maquillé un poco, cosa que he dejado de hacer en los últimos meses.

7:30 p.m. Y yo debía enviar unos correos, así que dediqué ese tiempo muerto a cumplir con lo debido y luego gastar minutos en facebook, como para variar un poco...

- Creo que tu hermano me va a dejar plantada.
- No, es imposible, seguro ya llamará.

Salí a respirar un poco, me partía del hambre pero decidí no tomar ni un vaso de jugo para no llenarme y hacer mal ambiente en la cena.  Mientras fui a comprar unas cosas que me hacían falta en la tienda, me suena el celular de un número desconocido, yo no tenía su teléfono así que pensé "Por fin me llama" ya eran las 8:45 p.m.

- Hola ¿qué tal?
- Ehmm hola...
- Oye, creo que no vamos a poder salir hoy, se me complicó el día y apenas salgo del trabajo ¿será que puedes el domingo?
- ¿el domingo? Ah, eehmm no sé, tal vez, sí, me llamas. (maldito idiota).

De regreso a mi casa, recordé de nuevo que hace rato no tenía una invitación a cenar, la última vez fue en Medellín, una noche completamente negra, nublada y lluviosa. Sin embargo, estaba como un pastel, toda la semana había pensado en esa cita del sábado, hablaba con mis amigas, preguntaba qué debía ponerme, tacones o zapatos bajitos, vestido, jeans, blusita roja, o una negra... El negro siempre va bien y ya este viernes, como para cambiar un poco, también estaba vestida de negro, mi color favorito (sobra decirlo).

Indignada, me fui para mi casa, esperando no borrar de mi mente esa última cita a cenar, que había tenido en el pasado, con la ira de lo que me estaba sucediendo, no había probado bocado desde el medio día y justo me llama a las 8:45 a decirme que no habrá salida.

De alguna manera, renegué conmigo misma, nada más por el exceso de hambre, pero para mi consuelo, llamo a una de las pocas personas que sabían en qué andaría yo esa noche. Y me dice "bueno a fin de cuentas tampoco tenías muchas ganas de ir".  Sin embargo, era la emoción de salir con alguien y ver si era aburrido por completo o si de lo contrario pasaría una linda noche, en un buen sitio y bien acompañada.

Esto de las citas, con o sin pretensiones de la contraparte, definitivamente no es lo mío. Aunque la última cita que tuve en Medellín, fue sencillamente maravillosa, pero esa también ya es historia patria.
 
 
Blogger Templates