julio 19, 2014

LA RULETA DE UN ADIÓS - Capítulo 3


No había pasado más de 24 horas cuando Cristina decidió escribirle un mensaje de texto a David. Él había pasado una noche desolada, en ese silencio taciturno que había en casa, ya sin ella todo parecía ajeno. 

Su celular no paraba de sonar con los mensajes que no le respondía a Cristina. 

18 de abr., 8:34 PM - Mi Cris: David, dime cómo estás? 
18 de abr., 9:45 PM - Mi Cris: Cariño, estoy pensándote mucho, por favor respóndeme algo, estás bien? No contestas en casa tampoco
18 de abr., 11:23 PM - Mi Cris: Entiendo que lo último que quieres es hablarme, pero sólo estoy preocupada por ti, te dije que no quería distanciarme tanto, quiero que seamos amigos
19 de abr., 1:10 AM - Mi Cris: Yo tampoco estoy muy bien, este domingo no ha estado para nada tranquilo, ando en casa de Malu por si quieres llamar... Quiero verte. 
19 de abr., 1:25 AM - David C: Cristina, he pensado mucho en si responder o no, estoy cansado, no he parado de llorar porque te fuiste y me sentí tan traicionado. Eres la última persona en la faz de la tierra que tiene derecho a preguntar cómo estoy, tú sabes el daño que me hiciste ¿sabes? He pensado mucho en algo que no para de darme vueltas en la cabeza, ayer te pregunté que si lo nuestro no valía la pena como para volver a intentarlo, como para arreglar las fisuras y sin pensarlo dos veces respondiste con un escueto "no", ese "no" todavía me retumba, no se sale de mi mente... Y sin embargo aquí estás, buscando verme ¿para qué? Si sabes que esto no tiene vuelta atrás si desde ayer dijiste que no querías arreglar las cosas. 
19 de abr., 1:26 AM - Mi Cris: David, al menos déjame verte esta semana. 

Sus mensajes no causaban sino más daño del que ella pensaba. Él en cada rincón veía cosas que se le habían quedado a Cristina sin empacar, buscó una caja y una a una las fue metiendo ahí para entregárselas en cualquier momento. 

Cristina por su parte, al subirse al taxi esa tarde lluviosa, llamó a su mejor amiga Malu y le contó todo lo que había sucedido mientras le decía que se iría para su casa, llevaba 4 maletas llenas de ropa y recuerdos, el taxista le daba pañuelos para consolarla porque era evidente lo que había sucedido. Cuando llegó a casa de Malu, se echó a llorar como nunca, le contó a Malu sobre Daniel, el hombre que la había puesto a dudar sobre su relación con David. 

Su amiga no sabía qué decirle, pues no quería enfrentarla con un "te lo dije" porque la veía completamente devastada, pero al menos ella parecía tener en quien confiar toda su tristeza. Mientras que David simplemente se encerró en sí mismo. 

Continuará... 

julio 17, 2014

LA RULETA DE UN ADIÓS - Capítulo 2





Después de pasarse horas y horas hablando de todo lo que había sucedido en la relación. David lloraba por todo lo que le explotó en la cara, saber que Cristina había estado con otra persona le partía el corazón. Ella en cambio, no terminaba de recriminarse lo que había hecho, pero a pesar de ello, sentía que él era quien tenía más culpa de lo que había pasado, empezó a decirle todo lo que no le gustaba de él, hasta las cosas más banales, necesitaba una catarsis para cerrar ese ciclo, pero David recibía todo como puñaladas.

Todo confirmaba que ambos habían estado en relaciones diferentes. Ella siempre buscaba los defectos de David, sumaba siempre lo negativo, lo que él dejaba de hacer, quizás porque no sabía que debía cumplirle a ella expectativas que infundadas o no, Cristina las tenía pero no se lo expresaba. Él en cambio, enamorado de Cristina, siempre restaba las cosas que no le gustaban de ella, así le molestaran comportamientos o expresiones que hacía, él decidía ser feliz con lo que se daban, se acomodó a esa monotonía de la relación, porque pensaba que era también cómodo para ella, pero los dos estaban completamente equivocados.

Ese sábado gris, después de esas horas que parecieron interminables, ella empacó sus cosas y espontáneamente le dijo que fueran a comer helado para despedirse. En el camino, la acompañó a tomar un taxi, y como si fuera poco, comenzó a llover en el instante en el que ambos se fundieron en ese abrazo que vaticinaba, que pasaría un buen tiempo sin saber qué harían con sus vidas en la ausencia del otro.


julio 15, 2014

LA RULETA DE UN ADIÓS - Capítulo 1

Lleno de angustias miraba el celular de ella una y otra vez. Sabía que lo que hacía no estaba para nada correcto, sin embargo, ese mensaje que entró mientras ella estaba bañándose lo había dejado perplejo.

Todo comenzó con una confusión más de cuatro meses atrás, cuando una mañana de sábado él se despertó con el pie izquierdo, preparó café con el pesimismo del día que por obvias razones le resultó amargo y quemado. En silencio, se quedó mirando a Cristina que aun dormía, pero sentía que las cosas no iban a estar para nada bien entre los dos en lo que ella decidiera levantarse.

A la media hora Cristina se despertó y le sonrió a pesar de la cara que vio que estaba haciendo David. Él le ofreció el café que con poco amor había hecho, y sin embargo ella se adelantó a hablar.

- ¿qué te pasa David? 
- nada 
- Tienes cara de angustia, anoche todo estuvo bien, la fiesta quedó perfecta, fueron todos tus amigos, la gente del trabajo que aprecias... ¿qué te pasa? 
- Cristina, en mi cabeza ya te terminé, pero sigo sin ser capaz de decírtelo, de sostenértelo mirándote a los ojos, eso es lo que pasa. 
- Entiendo, pensé que tenía que ver con la fiesta, lamento haber llegado tarde... 
- ¿Ya ves? Sólo piensas en lo inmediato... Yo estoy pensando en algo que traigo en la cabeza hace unos días. 
- Bueno, pues es verdad. Esta relación no va para ningún lado y yo también lo venía pensando, pero sí, es mejor que dejemos así... Sé que debo empacar mis cosas, este es tu apartamento, así que la que sobra soy yo... 
- Cristina, espera...  ¿no quieres ni hablar qué pasa? ¿arreglar las cosas? ¿ni siquiera intentarlo?
- Creo que hay mucho que hablar, pero no soy de las que conversa, las decisiones están tomadas. Además David, si quieres que te diga lo que siento, puedo hacerlo, es muy sencillo. Se resume en que ya no siento nada, ya la química que teníamos cuando empezamos hace dos años, se ha venido desvaneciendo con cada cosa. Todos los días es un esfuerzo por verte, y duermo a tu lado sintiendo que somos nuestro propio enemigo. 
- Pero bueno, eso de la química se arregla ¿no crees? Los dos hemos aportado a que nuestra vida se haga rutina... 
- Sí, pero me cansé, yo ... la verdad yo... debo confesarte que estuve saliendo con alguien más... 
- ¿qué?
- ... Ya no lo veo, sólo fueron unas pocas citas, no pasó a "mayores"
- ¿Cuándo fue eso? 

Mientras Cristina le contaba detalles agrandados de la situación David empezaba a atar cabos, a unir momentos, discusiones, olvidos que ella había tenido de las cosas de la casa y de pareja; ató incluso cosas que no tenían nada que ver, empezó a asociar llamadas que nunca hubo, conversaciones largas de chat por el celular, que no pasaron. Pero todo lo sumó, cada uno de los detalles, con las fechas que ella daba sin ser precisas, los cálculos de las semanas le indicaban todo por lo que él había pasado y ella sin saberlo...


 
 
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