junio 29, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA X

El capítulo IX
Pero si no lo ha leído desde el principio: Capítulo I



Martín contestó con gran preocupación, temblaba y temía lo peor. Mil pensamientos se le cruzaron por la mente. ¿aló? (En un español mal hablado y con acento francés una jóven le responde)  -  Monseur, toda su estadía está cancelada, no tendría de qué procuparse para salir al aéroport  - Pero…¿y Dalia? ¿Sabe algo de Dalia? – pardon monseur, Je ne comprends pas.

Salió en su búsqueda desesperado, tenía solo 3 horas para encontrarla y recorría todos los lugares en los que había estado con ella. No tenía forma de localizarla, su preocupación siguió en aumento, la buscaba dentro y fuera de los cafés visitados, en los parques, entre las pequeñas calles, en las grandes avenidas, nada.  Pensaba en cancelar su vuelo, pero tenía que llegar a Medellín en tres días. Decidió llamar a la mejor amiga de Dalia, que en pocas palabras le dijo: Tienes que regresar a Medellín, Lali llegará en su momento, ella está muy bien, no te preocupes! deja que haga las cosas a su manera ya que ha permitido que tú las hayas hecho a tu manera hasta hoy.

Desconsolado, confundido y con lágrimas en su rostro, se fue de París.

----------------------- MEDELLÍN -----------------------

El olor de la primavera se sentía en el ambiente, hacía un poco de frío pero soportable para los climas que antes había podido aguantar en las ciudades que conocía de Colombia.  Pero la ausencia era cada vez más clara, ella no quería perderlo, nunca quiso perderlo, pero sabía que la lucha entre ser y parecer era muy compleja como hablar de política o religión. 

Martín intentaba continuar con su vida, la extrañaba, la añoraba y no había día en que se despertara que no pensara ¿qué estará haciendo? ¿a qué lugar del mundo habrá decidido irse? ¿Estará con otra persona…estará sola? ¿Pensará en mí?. Llevaba casi 3 semanas sin saber qué había pasado esa noche en que ella decidió irse.  Estaba bien, era lo que le decían sus amigas e incluso sus padres.  Ten paciencia. Le repetían. 

junio 24, 2010

SOMEONE NEW

Siempre será difícil cerrar etapas cuando de relaciones significativas se trata, sin embargo hay un momento en que es mejor detenerse a mirar, pensar, imaginar, recrear, analizar... y darse cuenta de que es mejor cumplir el ciclo, dejar ir a las personas y sobre todo tener en la cabeza que el amor no puede ser para nada egoísta y que es mejor decir adiós así el sentimiento rebote de lado a lado.



UNA NOCHE CUALQUIERA IX


Hacia atrás en la historia...

Pasaron los días más maravillosos en París.  Caminaban entre las personas como si estuvieran en las nubes, un beso no era suficiente ahora para expresar todo lo que sentían el uno por el otro.  Martín, estaba perdidamente enamorado de ella, aunque siempre había algo que le preocupaba de Dalia y en ocasiones, pensaba en Mariana; siempre habría una espina allí que no permitía que él tuviera la suficiente tranquilidad mental y emocional.  Dalia ahora no sabía ni qué sentir, pensaba que la sorpresa que él le había dado le parecía muy loca y el que se apareciera en París podía ser tan bueno como malo.  Tal vez la misma espina que tenía Martín, la cargaba ella como el karma de saber de su pasado, de saber sobre Mariana y más ahora que Martín no le había ocultado que había almorzado con ella hacía pocos días.  

Nada era suficiente para que ella al fin estuviera tranquila para desatar con firmeza y seguridad todos sus sentimientos. Todo iba a cambiar y Martín no se lo esperaba.

Los días pasaron tan rápido que cuando llegó el día de partir, Dalia estaba a punto de un paro cardíaco, no quería que él se regresara a Medellín, no solo por conservar el romance que les había dejado París, sino porque también extrañaría su presencia.   

Obviamente su tiempo había sido dedicado a conocer París y un poco más de Martín en este contexto así que estaba tranquila, pero tenía malos presentimientos, en momentos se encontraba tan feliz que luego algo la frenaba, no confiaba lo suficiente y su experiencia pasada con los hombres la hacían cada vez mas terca, intranquila, ansiosa y desesperada por encontrar algo negativo que se llevara por delante todo el “amor” que podía sentir. No todo en la vida es color de rosa y este hombre no debe ser la gran maravilla. Pensaba autorecriminándose por pensar así.  Además, no sé cómo decirle, lo que me he guardado por tanto tiempo.

Se despertó, estiró el brazo para alcanzarla en la cama y su lado estaba frío, se notaba que se había levantado hacía mucho rato. Con los ojos aún cerrados la llamó varias veces lali, preciosa…Dalia…  Nada, no hubo respuesta, observó la habitación las maletas no estaban. Todo se encontraba como él lo había dejado, pero parecía como si Lali nunca hubiera estado allí. Miró todos los rincones, ni una sola prenda de ella, ni una nota…Nada. Suena el teléfono. 

junio 21, 2010

ELECTRICAL STORM

Gracias a @TheRubbs por recordarme la existencia de esta gran canción!! 
Me encanta. 




"...If the sky can crack, there must be some way back...to love ando only love."

NO TE LO MERECES

Muchas veces dejo de entender porqué las mujeres damos mucho con tan poco por recibir o viceversa. Los hombres dan y las mujeres desconfiadas ofrecemos poco y por ende nos quedamos con nada.
Esta vez es el turno de una amiga cercana, en un viaje a otra ciudad se reencontró con un hombre que le habían presentado meses antes en una reunión de amigos, entre copas y rumba total, pasaron de conversar en la mesa, para culminar en su cama hasta el otro día.

Como si nada, ella se levantó y se fue de la casa del tipo.  Solo fue sexo de una noche, seguro fue lo que pensaron los dos. Pero como ahora la vida da tantas vueltas, las cosas lentamente se fueron complicando y a la distancia, mantuvieron conversaciones telefónicas, chats desde los más tranquilos sobre sus vidas, hasta los más calientes.  ¿El problema? Él es un tipo que tiende a ser tan perro que no teme aceptarlo, ella inicialmente sin sentimientos de por medio, no le importaba que le dijera que cada noche saldría con una nueva, pero llegó un punto en el que ya comenzaba a doler y ahora las cosas han salido de su cauce.

Cata, mi amiga, ya no sabe que hacer, siente que está tan involucrada que aunque lo ha pillado en varios romances y "cosas de una noche" no es capaz de salirse de ese círculo vicioso, y aunque él le ha repetido que no quiere nada serio, la trata como si fuera una novia con conocimiento de causa de que es el hombre que se acuesta con 7 u 8 mujeres al mes, por no dar más detalles (porque no los tengo).

Como amiga le dije que era mejor que se saliera de ahí, por mas dolor que ésto causara, la situación de ella es de pérdida total.  Sin embargo, preferí callar el resto de mis consideraciones porque ya tiene 5 personas más echándole cantaleta por el asunto, en que ella siempre vuelve, cae, la emboba, ella le pelea,  le reclama, le aclara, él le pide perdón... Y así han transcurrido varios meses. Mi solución fue desahogarme por acá, ya que no puedo sino más que verla caer y venir de nuevo con el "rabo entre las patas" llorando por un nuevo acto insolente de su parte.   Espero que ella lea este post, vea realmente que  me duele verla así, que ella sabe que vale mucho más que "un polvo" de vez en cuando, ese de cuando en vez que viene a la ciudad... y deja de lado esa frase que siempre te acompaña: "yo maté un cura en mi vida pasada y por eso me pasan estas cosas..." NO eso no tiene porqué ser así.

Él no merece una lágrima de Cata, ni cariño, ni amor, ni traga, ni siquiera gusto o respeto, pero ahí sigue,  esperando que la misma Providencia sea quien haga las cosas lo mejor posibles.  Sólo espero que nadie se cruce en el camino con este hombre, que le ha causado tanto dolor no solo a ella, sino a todas quien se cruzan por su camino, ingenuamente pensando en que harán cambiar su estilo de vida.  NO, no se puede estar con un hombre pensando en "yo sé que lo voy a cambiar".

junio 17, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA VIII




Martín llevaba muchas horas de vuelo, un par de escalas en dos países distintos, el trayecto del aeropuerto hasta el hotel y se veía como si un tren hubiera pasado por encima de él y aún así Dalia se quedó mirándolo fijamente de pies a cabeza hasta detenerse en sus ojos, que se veían como siempre: claros y resplandecientes y lo veía hermoso. Él tenía una sonrisa de nobleza pero con orgullo de haberle dado la sorpresa menos esperada: Cruzar el océano en su busca.  Ella callada.

Tal vez fue menos de un minuto pero lo sintieron como una eternidad mientras que Lali abrió la puerta, lo miró fijamente, él le sonrió, ella atónita hasta que se fundieron en un beso como si el mundo se fuera acabar.

Martín no se la creía, la veía espectacular y demasiado sexy, más que de costumbre, por un instante pensó si sería que habría otra persona con ella o si era que alguien ya le había dicho que él iba para allá, porque ponerse vestido y tacos altos en un día común, no era la costumbre de Dalia.  Pero el recibimiento de ella, las lágrimas de emoción mientras decía “lo sabía, lo sabía! No quería hacerme ilusiones y pensar que podías venir y luego darme cuenta que era solo un sobre o un paquete lo que sería la sorpresa, pero en el fondo algo me decía que vendrías…” lo besaba muy apasionadamente, él apenas si descargaba las maletas y le había alcanzado a mostrar el ramo de Gérberas que con delicadeza había cargado e hidratado por tantas horas, pues no quería correr el riesgo de no encontrar sus flores favoritas en París.

Dalia lo último que pensó fue en ese ramo de flores, apenas si lograba coordinar palabras para acomodarlas coherentemente en una frase y él cargando unas flores desde Colombia “mucho lo lindo…¿yo qué hice para merecerme este hombre?” pensaba.

Mientras cruzaba el umbral de la puerta, se abrazaban y se acariciaban al ritmo de los besos, ella trataba de ser la niña mojigata que no era e iba con paciencia pasándole las manos por encima de la camisa en su espalda fuerte y grande. Martín no se detenía. Los besos, las manos, los dedos en los botones de su camisa, en la cremallera larga del vestido de Dalia, el nuevo encaje de su ropa interior.  Temblaban por sentir ese momento que no se había dado antes y qué mejor que éste en París, con un poco de ruido por el tv encendido y los carros pasando de prisa por la avenida. 

Él se detenía a oler su cabello, su cuello, bajaba despacio con la punta de su lengua, recorría cada rincón de su cuerpo, la suavidad de su piel lo enloquecía.  Dalia suspiraba y le devolvía con besos todas su caricias.  El corazón a mil de ambos se notaba en el ir y venir de sus miradas. Y así la ropa fue cayendo poco a poco.

junio 12, 2010

COSA DE GEEKS

Cada mes debo ir a la misma papelería para escanear un documento.  Cierto día llegué con mi papel, le dije a la niña que lo guardara en una usb que le entregué. La usb estaba por no decirlo de otra manera más decente: cagada en virus, claro ella me alegó me dijo qué como yo podía usarla sin saber que tenia virus.  Esta fue la discusión:
- Es que no necesito antivirus.
- ¿cómo es que usted no usa antivirus? ese computador suyo sí le funciona bien?
- Es que a mi computador no le dan virus
- ¿Cómo así? Usted está mal por lo visto ¿cómo no puede darle virus a un computador? Vea esto como está, tráigame otra usb ¿no tiene más?
(de pura casualidad llevaba otra usb y se la entregué, claro tambien plagada de virus)
- No puedo creer cómo es que usted no tiene un antivirus, mejor deme su correo y le mando el archivo por mail porque nunca voy a terminar de vacunar esto.
- Gracias.
Despues de finalizada esta conversación de no menos de 10 minutos vuelve con el tema mientras me entrega todo con cara de furia
- Mejor dicho! vaya donde un técnico que le arregle ese computador y de paso las usb que me entregó, debe tener todo dañado, definitivamente es que hay gente que no sabe pero naaaada de computadores.
Me quedo callada antes de decirle que la desconocedora en este caso no soy yo.
- Niña es que yo tengo un Mac.
- ¿ah? ¿y eso que tiene que ver con computadores?

UNA NOCHE CUALQUIERA VII



Lo de antes aquí


Ella se deshizo, no sabía qué pensar, mil y una preguntas se le cruzaban por la mente, quería que fueran las 5 de la tarde ya mismo y apenas se acercaba a las 10 de la mañana.  Decidió descansar un rato aunque no logró quedarse dormida, de tanto en tanto se despertaba pensando que ya era la hora, daba vueltas en la cama, se levantaba, veía tv, no quería salir de su habitación.

Martín mientras tanto estaba igual o más ansioso que Dalia, se imaginaba el rostro que ella haría al recibir la gran sorpresa que le esperaba y solo deseaba que todo saliera bien.  Antes de terminar con los preparativos, había hablado con una de sus mejores amigas, queriendo sacarle información sobre cómo estaba Dalia frente a él, si sabía ella qué estaba sintiendo, pero claro la solidaridad femenina hacía su gran trabajo y no le soltaba ni una pizca de lo que conocía de la situación en la que se encontraban. Martín decidió seguir adelante. 

Las horas pasaban lentas para ambos. Dalia mientras que bordearon la 1 pm decidió salir de compras, algo en su interior le decía que debía estar muy linda, así fuera para ver al “botones” entregándole un paquete extraño enviado desde Colombia.  Recorrió varios almacenes, terminó comprándose un vestido y unos tacones altos negros; no eran su estilo pero pensó que de no usarlos en París la harían verse sexy en Medellín.  Sí claro, todas las mujeres desean tener mucho para comprar el doble de lo que desean y Dalia aprovechó, se antojó de cuanta cosa vio entre ellas un baby doll de su color favorito.  Todas estas cosas la hacían sentir extraña y eran totalmente nuevas para su estilo, pero lo que sentía por Martín valía no sólo arriesgarse a comprar de todo sino usarlo en el momento más indicado.

Almorzó poco, regresó al hotel y se dedicó a verse linda con su nueva ropa.  Se dieron las 5 de la tarde y no pasaba nada, las 5:30 nada cambiaba y ella sentada mirando hacia la puerta, levantaba el teléfono para ver si funcionaba.  Seis y nada pasaba, estaba que rompía en llanto. Siete. Suena la puerta.

- Martín: Hola, perdón el retraso.


junio 09, 2010

¿FINGIENDO? II

Bueno, no es eexplícitamente una continuación del tema. Pero venía rondando esta canción en estos días en la radio y me pareció justa para compartirla.  Además que gracias a una conversación con un par de amigas (ellas saben bien quienes son) se llegó a la "Reflexión del Día: De toda mala relación siempre debe quedar un buen vibrador" - Aún no he aplicado la frase, pero algo de cierta será... juzguen ustedes.

junio 07, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA VI

¿No ha leído la quinta parte? Click Aquí


Esa noche Dalia viajaría a Suiza, pasaría un par de días allí luego se iría para Alemania y terminaría su viaje en Francia. Llevaba días en los que no se conectaba para avisar que estaba bien y que le iba a las mil maravillas.

Lali les había dejado la información completa de su viaje a sus amigas y a Martín. Los hoteles en los que se quedaría, las ciudades que visitaría, los vuelos de ida y regreso...por lo tanto, consideraba que todo saldría como lo planeado. Se suponía que sólo restaban quince días para su regreso.

Aguardaba la esperanza de saber algo de Martín, le seguía estresando la idea de que Mariana y él tuvieran un espacio para estar solos, aunque continuaba confiando en él y en sus palabras, se repetía una y otra vez que su ex novia hacía hasta lo imposible por volver y faltaría ver si no sería un sentimiento recíproco, en ocasiones se arrepentía de no haber estado mas presente, pero disfrutar su viaje era lo único que le quedaba a los miles de kilómetros de distancia en los que se encontraba. Tenía muy claro que lo que fuera a pasar, sucedería así ella estuviera en Medellín o en la mismísima China.

Por todo esto, Dalia estando en Berlín, decidió conectarse para reportar que estaba bien y para fortuna de los dos, Martín estaba conectado esa noche en skype y la emoción de ambos al verse llenó de felicidad los miedos que tenían. Hablaron hasta que Lali vio el amanecer de Medellín a través del computador, él aunque estaba cansado quería seguir viéndola y le recordaba que le estaba haciendo falta y que no había día en que no pensara en ella. Ella obviamente tocó el tema de la carta: "me parece un karma lo que haces con esa carta, que ha cruzado mas ciudades que tú y yo juntos y aun así está intacta pidiéndome que la lea y he cumplido con mi palabra de no abrirla" se lo decía mostrándosela y entre comentario y comentario, él le dice "cuando llegues a París, descanses, descargues maletas y demás...la puedes leer" - "pero me faltan TRES días Martín, TRES DIAS para llegar a París!!! me vas a enloquecer, la voy a abrir ya, no importa, creo que es mejor saberlo todo YA MISMO..." - "Dalia prométeme que pase lo que pase, no la leerás hasta que llegues a tu hotel en París..." - "está bien, lo prometo". Se mandan besos por la cámara, se despiden una y mil veces hasta que al fin se desconectan.

--------------------------- PARÍS ---------------------------

Se ha llegado el día. Dalia estaba feliz y exhausta por todo el recorrido que había hecho, varios de sus amigos le dijeron que Berlín era la ciudad perfecta para ella, y realmente de no ser porque debía continuar con el plan que ella misma había armado y que quedaba tan corta de días, se habría quedado viviendo en Alemania. Todos los días visitaba museos, parques, hablaba con la gente con la que se sentia en "confianza" rumbeaba... Había aprovechado al máximo todo su viaje y París sería la ciudad perfecta para descansar y disfrutar de lo básico. La ansiedad obviamente le pudo, bien terminó de hacer el check in en el hotel, desempacó la carta.

Le temblaban las manos, no se podía imaginar lo que allí decía, mil pensamientos se le cruzaron por la mente, sudaba frío... tenía muchas hojas en blanco, lo que estresaba más a Dalia, hasta que por fin encuentra una hoja más pequeña que las demás, con sólo dos líneas escritas a mano:

"Las hojas en blanco, son mi vida antes de tí...
A las 5 pm recibirás algo en tu habitación"
M.

junio 03, 2010

BAD ROMANCE

Esta canción sencillamente me gusta muchísimo y más ahora que tengo estas dos versiones, por eso quise compartirla con ustedes. Espero se rian tanto como yo.

Para quienes no han visto el original (cosa que dudo) aquí se los dejo...



Esta es la otra versión, que hizo que yo quisiera compartir el gusto por esta canción!

junio 02, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA V

Espero que por la velocidad en la publicación de esta quinta parte, 
no me vayan a presionar para la siguiente, puede que esa tarde un poco más...


Dalia descansaba en Roma, había estado tomando vino en los parques, caminaba,  tomaba fotos de las cosas que mas le gustaba (la fotografía era uno de sus pasatiempos, así que lo disfrutaba cada momento), la soledad de esos momentos le venía bien y pensaba en toda su vida, en su trabajo y por supuesto en Martín. 

La noche antes de su viaje, en que él la dejó en la puerta de su casa, le entregó por fin la sorpresa que había mencionado tan sólo horas antes en el restaurante.  Era una carta. Le hizo prometer que la llevaría consigo a todas partes mientras que estuviera disfrutando de Europa bajo la premisa de que no la podría leer sino hasta que él se lo avisara, así que ella ansiaba cada día recibir esa señal para al fin saber qué habría dentro de ese sobre blanco sellado que no tenía palabra alguna por fuera ¿pero a dónde la llevaría todo lo que  habría escrito adentro? No era justo que cargara con eso día y noche y decidió que lo mejor era dejarla en lo más refundido de las maletas, así en las noches llegara al hotel a desempacarla y mirarla a la distancia. 

Medellín.  Martín vio como Mariana se acercaba rápidamente a la mesa, él se levanta de la silla para saludarla cordialmente con un abrazo tibio, se sientan y se miran como si fueran un par de desconocidos, sienten el ambiente tenso y tanto ella como Martín no encuentran la manera de quebrar ese silencio pesado, donde solo se escucha los sonidos de las demás personas.  Él le pregunta por su familia, por su trabajo, pero ella en cambio le responde cortante y le devuelve las preguntas automáticamente. Llega el mesero, cada uno pide sus platos acompañados de una cerveza para calmar el calor que hace al medio día.  

Continúa Martín - ¿Para qué me llamaste?
Se pone pálida al ver que él solo quiere ir al grano sin tener una gota de compasión por ella. Le responde: Apenas hace unos meses que entre nosotros todo lo que habíamos vivido y lo que queríamos para ambos se terminó. Yo sé que toda esta situación ha sido culpa mía, llegué a destruir paulatinamente lo que sentías por mi, acepto que no valoraba el hombre que eras conmigo y después de todo este tiempo, he pensado y recapitulado cada acto erróneo que cometí, quiero que volvamos, siento que te amo y que no podemos tirar por la borda todos estos años que estuvimos juntos...

- Mariana, ya lo hecho, hecho está... Como tú misma lo dices hace "apenas" unos meses, pero en este tiempo he decidido continuar con mi vida, he aprendido a vivir otras experiencias y déjame decirte que estoy feliz, este no es el momento para decirme esas cosas, los errores que cometiste no me permiten confiar en ti.

Ante estas palabras ella comienza a llorar disimuladamente, se preguntaba ¿qué había hecho para que este fuera el resultado final? y aunque intenta calmarla, Martín siente un alivio de poder decirle todo lo que piensa, a fin de cuentas era la primera vez que se veían después de todo y era el momento más buscado para cerrar ese círculo así ella no lo entendiera de esa forma.  Y como si nada hubiera pasado, medio prueban los platos él paga la cuenta y se despide de un beso en la mejilla, para no verla más. 

Sale del restaurante y se fija en la hora, hace cálculos para saber si Dalia estará aun en el hotel, quiere correr a llamarla y gritarle todo lo que se ha guardado. La llama, pero no la encuentra. 

junio 01, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA IV

Actualízate en esta historia...


A pesar de que Mariana estaba reapareciendo en la vida de Martín, los planes de Dalia tenían que continuar con el temor que le daba dejarlo a él al acecho de las decisiones que ella tanto temía que tomara.  Lo de ambos hasta el momento aunque intenso, había sido muy corto y ella tenía de muy poco de donde sostenerse.  

Desde hacía meses ella estaba preparando el viaje de su vida, tendría vacaciones de la oficina por lo que habia decidido irse un mes para Europa y consideraba que debido a las circunstancias en las que se encontraba ahora, iba a ser un buen momento para que ambos pensaran en su realidad y en lo que continuaría a partir de su regreso, fortalecer lo que sentían el uno por el otro a la distancia o finalizar con un buen adiós, eran las dos únicas opciones que Lali consentía, estaba segura de que si Martín decidía regresar a la relación que tenía con Mariana, ella no iba a tener cabida alguna. Prefería salir con la frente en alto, antes que someterse a los egoísmos de ser el plato de segunda mesa. 

Un día antes de su viaje, Martín se había propuesto brindarle una despedida especial a la mujer que lo tenía por las nubes, le llevó unas flores y aparte le comentó que le tendría una posible sorpresa para más tarde. La invitó a cenar a su restaurante favorito y la noche se prestó para que las conversaciones entre copas de vino fueran cada vez mas amorosas. Dalia, tal vez por estrategia o porque se encontraba un poco menos prevenida ante la demostración de sus sentimientos, se permitió abrir como un libro y expresaba lo que sentía frente a él. Sus miedos, ansiedades, esperanzas, deseos y todo el sinnúmero de emociones que se le venían a la mente cada que tocaba sus manos con delicadeza o sus labios se fundían, lo dejó salir en palabras esa noche. Martín por su parte, estaba feliz de ver ese lado de Dalia que era todo un enigma, aunque ella en ocasiones demostraba su interés en él a través de otras estrategias, aún consideraba que tenía mucho que aprender de ella para llegar a conocerla. 

Pasaron los días y Martín cada vez extrañaba más a Dalia, habia notado que le hacía falta algo en su vida y era tener la posibilidad de estar a su lado, aunque constantemente Mariana insistía para que regresaran, él había evitado al máximo salir con ella, definitivamente quería cuidar lo que hasta ahora estaba construyendo con Lali, hasta que no aguantó más y decidió aceptar la invitación de su ex a almorzar. 

Pensaba que sería el momento propicio para explicarle que con el paso de los meses él había continuado con su vida y que le iba bien, esperaba que ella estuviera igual que antes, pero sin el toque de felicidad que se da cuando quieres a la persona con quien estás.  Llegó 15 minutos antes al punto de encuentro pactado, estaba nervioso por reencontrarse con quien habia compartido tantas cosas, pero al tiempo recordaba a Dalia, repasaba una y otra vez su rostro, su cuerpo, la suavidad de sus labios, el perfume de su cabello, su sonrisa... Miró hacia la puerta y allí estaba: Mariana. 
 
 
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