mayo 29, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA III

La segunda parte de la historia Aquí

El mundo se fue desvaneciendo lentamente a su alrededor, fue un beso emotivo que aguardaba con seguridad y firmeza todo lo que entre ellos sentían, las manos comenzaron a sudar, la ansiedad los carcomía por dentro en forma de mariposas en el estómago que disfrutaban tener, los ojos bailaban felices detrás de sus párpados, el cuerpo de Martín temblaba y él trataba de ocultarlo cobijando con sus brazos el pequeño cuerpo de Dalia.  Ella sentía como su corazón latía cada vez más rápido mientras que los pensamientos decidieron fugarse por ese instante. Las cartas habían sido elegidas finalmente. 

Los días pasaban y ambos se sentían en las nubes cuando pensaban en el otro, no había necesidad de decirlo con palabras.  Los ojos saltones de Lali en el trabajo demostraban ante sus compañeros, que ella estaba ilusionada. Todo cambiaba de aspecto, de ambiente, pasaba a ver su vida en cámara lenta, a pesar de que todo siguiera igual, ahora tenía otra persona en quien pensar aparte de ella misma; sostenía una sonrisa dibujada en el rostro sin importar que la vieran como una tonta.  Se mordía los labios y los dedos para no llamarlo a cada minuto que se le cruzaba por la cabeza y pensaba que era mejor darle el espacio para que él fuera de iniciativas, pues Lali casi siempre había sido la mujer de riendas tomar frente a sus relaciones y Martín en ocasiones se quejaba porque ella no permitía dejar las cosas en suspenso.  La franqueza y naturalidad con las que Dalia quería siempre tener el poder, ahora le estaba restando fortaleza ante este hombre.

Mariana tenía 25 años (tan solo uno menos que Dalia) Le gustaba viajar y trabajar.  Como a Martín, le agradaba tener relaciones fuertes y estables.  Era recatada, tranquila, amable cuando era necesario, veía siempre el vaso medio lleno, en ocasiones indecisa, hogareña y apacible. Llevaba una vida monótona y plana donde hasta lo más exquisito se había convertido en algo más.

Lali sabía toda la verdad, Martín había terminado una relación de varios años, poco tiempo antes de conocerla y aunque no había vuelto con su ex novia, siempre estaba presente de alguna manera en las salidas que con Dalia había iniciado unos meses antes.

mayo 28, 2010

EN CONSTRUCCION

Bueno resulta que hoy me dio el arrebato de cambiar este chuzo! Y claro, se me ha desconfigurado todo y por el afán de dejarlo bonito, presentable y organizado para publicar la tercera parte de UNA NOCHE CUALQUIERA, aún no logro conformarme con lo que he hecho! 
Así que disculpen las molestias causadas. 
>> Igual hay muchas más cosas para leer, quien apenas llega o que solo ha visto uno que otro! Entre y opine que aqui no mordemos. 

mayo 26, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA II

 El inicio de la historia Aquí

  
- Hola Martín ¿cómo has estado?
-    Pues bien…¿cómo te acabó de ir esa noche? Que pesar que luego yo me fui, estaba con otros amigos y terminamos rematando en un bar.
-    Nada, yo me quedé hasta tarde, la pasamos muy rico, ya habrá tiempo de repetirla…
-    ¿Qué vas a hacer hoy?
-    Creo que me voy a quedar acá toda la noche con mis amigos, si quieres te quedas con nosotros, tenemos ganas de tomar solo cerveza, estoy un poco enguayabada así que el plan es hasta temprano.
-    Bueno, ahora regreso entonces.

A Dalia le parecía un tipo normal, sin embargo conocía un poco sobre su pasado mas reciente, lo que en parte le cautivaba pero lo que le causaba aún mas curiosidad, era el misterio detrás de sus ojos claros e iluminados.

Avanzaba la noche del miércoles y ella cada vez pensaba más sobre qué decir y cómo actuar frente a Martín, aunque sabía que lograría su objetivo, para ganar el juego tenía que arriesgar el todo por el todo, pero la ponía nerviosa cada que él mencionaba que su situación ahora era un poco confusa.  Solo tomaban cerveza, no había interés en estar con las otras personas con quienes se encontraban casualmente, así que a la distancia a veces los saludaban y hacían señales de brindar por cualquier motivo.  Lo que ninguno de los dos sabía era que esa noche, iba ser decisiva para los dos. 

Era un hombre que le gustaba la estabilidad, había conservado con gran facilidad relaciones amorosas duraderas en las cuales entregaba todo de sí.  Era más extrovertido de lo que se consideraba, caballeroso con quienes le rodeaban pero indeciso para enfrentarse a lo desconocido.  Todo esto  hacía pensar a Lali que podría darse algo con él, sin embargo cada vez se encontraba mas prevenida y aunque trataba de poner una barrera él lograba con poco, tumbarle cada piedra que ponía en su camino.

Después de tanto tiempo, Dalia logró construir una caparazón que le permitía hundirse en ilusiones por alguien pero al no ser correspondida salía ilesa como si esa persona hubiese dejado de existir, o incluso como si nunca se hubiera cruzado en su camino.  Martín por su lado estaba ávido de experimentar nuevas cosas y de encontrar otras personas con quienes compartir sus mayores gustos e intereses, pero veía que Lali era cada vez más difícil de alcanzar para él, por su dureza para decir las cosas, aún así se estaba enamorando perdidamente.

Hasta hace poco, nada había ocurrido en esas “citas” en los que ambos evitaban hasta mirarse con detenimiento a los ojos por temor a dar ese paso, que aunque simplemente podría iniciar con un beso, el corazón podría explotarles.  Pero para la noche del miércoles sintieron cómo todo se iba fundiendo para crear el momento perfecto en que decidieron implícitamente, darse ese beso.

mayo 25, 2010

EN UN SOPLO

Estoy sentado en una estación del tren, se supone que me dirijo a la casa de la mujer que amo. Llevo un ramo de sus flores favoritas, sabe que no soy de este estilo de detalles, pero por decirlo de alguna forma, la ocasión lo amerita aunque no sé si ya es demasiado tarde para entregárselo.

Ayer estuve con ella toda la noche, uno al lado del otro sin decir más que lo que  nuestras miradas, besos  y caricias expresaban, ella de vez en cuando dejaba escapar una lágrima que me destrozaba el corazón. Al menos anoche, sabíamos hacia donde ibamos, pero ninguno de los dos quería pensar en eso.

La amo, es de lo único que estoy seguro.  Espero encontrarla hermosa como siempre la vi, con o sin maquillaje para mi es la mujer más perfecta y divina, ella ya había seleccionado la ropa que se pondría hoy, así que esa parte no será una sorpresa para mi.  Estará hermosa.

Vuelvo y me pregunto en qué me equivoqué en la vida, qué hizo ella para merecer esto, o qué hice yo.  La vida nos da mucho y a veces por querer darnos una lección nos quita más de lo que debiera, ahora sé que la extrañaré.  El tren ya pasó, y siento como si el vagón de mi vida tambien me hubiera dejado al abandono de mi tristeza.

Ella ahora estará tres metros bajo tierra. Y solo pude cumplir uno de sus sueños y hoy me resta nada más que llevarle el primer y último ramo de sus flores favoritas.

mayo 24, 2010

UNA NOCHE CUALQUIERA I

La noche del miércoles había transcurrido con total normalidad. Ellos, se miraban a los ojos mientras hablaban de ciencia, cine, amor, experiencias vividas y otras escuchadas, preferencias musicales y hasta pornografía.

Pero había algo en sus rostros que no permitía que las cosas fueran más allá de las miradas maliciosas furtivas y las caricias que con timidez compartían. Él,  no lo demostraba todo por miedo a sentir completamente el remolino de emociones que se le generaba desde el estómago hasta la cabeza.

Las cartas ya estaban sobre la mesa (Tomarlas o dejarlas era una opción que a la larga se descubriría sin necesidad de decirlo abiertamente).

Martín era un hombre tímido pero al tiempo abierto como un libro a los temas que se fueran dando con aquella mujer, que lo tenía por momentos enceguecido y que en otros lo bajaba del cielo de un tirón, cual montaña rusa.  Era de contextura gruesa y alto, de cara linda con cierto dejo de barba de pocos días, lo que hacía que aparentara un poco de más edad. Le gustaba conversar de todo y así evaluar a las personas de quienes se quería rodear constantemente, solía decir con tranquilidad "sino da la talla para hablarme de 'x' o 'y' tema, ya sale de mi vida".

Dalia por su parte, era conocida por sus amigos y familiares como Lali, desde muy pequeña se acostumbró a tener apodos amorosos con los que solía presentarse ante nuevas personas, dependiendo de su estado de ánimo. Era de rizos castaños  y con sus ojos expresaba todo, incluso aquello que quería ocultar.  Le gustaba escuchar todo tipo de música, aunque de "dientes para afuera" dijera que solo rock. Tenía una memoria impresionante para grabarse información no necesaria para la cotidianidad de su vida, sincera, frentera y sin pelos en la lengua para tocar temas que para sus amigas eran todo un secreto que había que callar. Y era quien ahora llegaba a la vida de Martín sin avisar.

Las cervezas se tomaban con gran facilidad, una tras otra, ni muy rápido pero tampoco tan lento para evitar que se calentaran, la conversación cada vez se hacía mas amena y Lali consideraba que podía darse más temprano que tarde, un acto que la llevara a la tranquilidad de saberse correspondida por Martín que era tan distante como cariñoso; jugando a ser el chico egoísta con Lali y ella de alguna manera sabía mover sus fichas para que él no notara del todo, que ese juego aunque le cansaba, consideraba que lo tenía que ganar y que él iba a ser su premio.

Pasaron  varios años desde que Lali había concluido una relación tormentosa que la tenía desgastada en todos los aspectos y aunque no quisiera, su vida desde eso se había convertido en el solo ir y venir de sus estudios y posteriormente de su trabajo. Consideraba que no existían hombres disponibles para lo que necesitaba y se mostraba tranquila ante la idea de estar soltera y casi siempre a la orden. El problema surgía, cuando llegaba de la nada alguien que le llamara la atención, enfocaba todas sus energías, fuerzas y pensamientos en que tendría algo estable nuevamente y que todo volvería a estar bien en su corazón. Sin embargo, no se daba cuenta de que las señales le mostraban caminos muy diferentes y que muchos sapos llegarían antes de conocer a aquel hombre que la quisiera amar, tal como muchos que habían pasado por su camino le decían: “Tú te mereces ser amada y querida por todo lo que eres, pero...” esa frase ella ya la conocía y siempre le resbalaba ya que provenía la mayoría de las veces del hombre en que depositaba su esperanza, para más tarde darse cuenta de que era “uno más”.

Martín y Dalia se conocieron apenas unos meses atrás, coincidieron en una fiesta en la que ninguno de los dos esperaba nada, sólo cruzaron los nombres y no se volvieron a ver sino hasta un mes después.  Ambos se recordaron al instante a pesar de haber sido cosa de dos minutos la presentación inicial. Martín la saludó con cierta efusividad, sin querer demostrar que la recordaba en cada rostro que veía en la calle, ella se hizo la desentendida.

mayo 10, 2010

¿FINGIENDO?

Siempre he querido tocar este tema con las mujeres cercanas a mi con quienes tengo la tranquilidad de hacerlo sin tapujos: El orgasmo femenino!

En estos días, viendo un adelanto de Los Caballeros las Prefieren Brutas (sólo yo sé cuanto me contuve para escribir un post sobre lo que pienso de esa serie) pero esta vez no me aguanté cuando dijeron que la 2ª regla de las mujeres es: "Si puedes fingir un orgasmo, puedes mentir en cualquier cosa..." Claro, seguro que sí podremos mentir en cuanta cosa se nos ocurra, pero...

No estoy de acuerdo con la primera parte de la frase. A ver niñas, despertemos un poco!! cuando fingimos un orgasmo ¿quién pierde? ¿ellos o nosotras...?  Pues obvio que nosotras, y aparte la cuasi relación que se lleve con la otra parte de la pareja. Si no tenemos confianza en nosotras mismas, en la persona con quien estamos y por ende en la relación, olvidemos aquello de llegar a un clímax perfecto para los dos.

Como siempre, se puede decir que "sí, llegué" y quedamos insatisfechas y tras de todo aburridas por verles la cara de satisfacción a ellos del deber cumplido, pero somos nosotras mismas las culpables, de que un tipo no quiera perseverar en alcanzar  lo que queremos y deseamos, pues por algo estamos en esas ¿no?

Entonces de ahora en adelante, quisiera que todas pensaran un poco y se detuvieran a recordar si alguna vez han fingido un orgasmo, por muchas razones entre ellas, el no quedar mal con el otro, el pensar que él ya está cansado entonces deje así, o le va a molestar que no hubo final feliz, pues ha sido un gran error. Sin ánimo de echar cantaleta ni de dar consejos a quienes me leen ahora, pues ya cada una tendrá su punto de vista (que me imagino lo comentaran más abajo) solo digo que la comunicación y la confianza son para mí, dos factores esenciales en una relación sexual, eso sumas la experiencia (y si no la tienes no importa, el otro sabrá como enseñarte más cosas a gusto de ambos), las ganas, el deseo y otras más que seguro olvido en este momento.

Así que en la próxima niñas, digan sin pena y sin miedo, no quedé satisfecha y punto. Sigamos.

mayo 05, 2010

A LOS AMIGOS...

A las personas bajitas, como yo, a las altas, las gordas, las viejas, las más jóvenes, las de pelo corto, las del pelo largo, a los amigos de siempre, a los que apenas llegan. A las que vinieron y se fueron, a las que se han quedado, a quienes están en otro país, a las que están en otras ciudades... A todas aquellas personas que me rodean.

A todos, a los nuevos y a los de siempre, a los que pasaron y se fueron. Gracias por estar allí cuando fue necesario, gracias por contar conmigo como una mano amiga y sobra decir que sigo aquí dejando huellas para ustedes; pero deseo quedarme en algunas de sus vidas por un espacio más alargado de tiempo, y así compartir todo lo bueno y lo "no tan" bueno que llega en el día a día, en el mes a mes...

Hoy es un día cualquiera, pero no necesitamos de fechas especiales para expresar lo que sentimos, eso lo único que hace es usar cada vez más frases clichés y disculpas cursis, cuando lo único que hay ahora es agradecer a la vida misma, por todo aquello que nos da y nos quita. Seguramente, no lo hace al azar y por difícil que sea cada proceso, cada etapa, las cosas se van para hacernos aprender, para crecer.

MCBF
 
 
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