UNA HISTORIA MAS... Parte III

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2002

Alicia era feliz en su carrera, había decidido que la universidad no sería igual como el colegio y la disfrutaba al máximo, estudiaba con pasión así detestara algunos temas e incluso a uno que otro profesor. Tenía amigas y amigos tanto de su facultad como de las demás carreras. Se hizo poco a poco fama de ser simpática y amable con todas las personas de quienes recibía un buen trato, era el alma de muchas fiestas y la confidente de su círculo mas cercano.

Entre sus grandes amigas se encontraba Valeria, nerd por completo, perfeccionista (nada que ver con Alicia), malgeniada e histriónica. Pero la quería como era y le tenía paciencia en casi todo aunque también lograba sacarle de tanto en tanto el ogro que trataba de ocultar siempre. Llevaban una vida de universitarias felices, nada les preocupaba excepto los parciales y los trabajos que tenían entregas inmediatas.

Cada una manejaba a su manera el rollo sentimental y se lo contaba a la otra y prácticamente se volvían cómplices de esa otra vida, que en casa de Valeria no podían enterarse y que en la de Alicia era tema de conversación, pues su mamá siempre le preguntaba por los hombres ¿cómo es? ¿qué hace? ¿dónde vive? Esas cosas que las mamás siempre preguntan, pero no era el caso de Valeria, pues ella no podía tener rollos con nadie, así que Alicia terminó haciéndole el cuarto para todo lo que tuviera que ver con el novio que tenía. Paseos a fincas, rumbas, salidas a tardear, casualmente para sus papás todo era con Alicia.

Como en Julio, ya Valeria cumplía 1 año de relación con ese chico misterioso que Ali aun no había podido conocer excepto por el nombre. Pero después de tanta insistencia, en el cumpleaños de una amiga en común lo “presentó en sociedad”.

Alicia estaba como siempre alegre organizando los pormenores de la rumba para Carolina, pues ella solía encargarse de ese tipo de cosas, estaba esperando que Valeria llegara con su novio para terminar de cuadrar la vaca y empezar la fiesta en forma.

Salió a la puerta como si fuera la anfitriona en casa ajena y ahí fue cuando al ver quienes se bajaban del carro, retrocedió muchos años atrás. Inmediatamente recordó esa sonrisa que al parecer fue imborrable en su memoria. Estaba ya hecho todo un hombre, tenía barba de tres días - de esas que tanto le gustaban a ella - seguía siendo caballeroso y llevaba de la mano a Valeria rumbo a la puerta y Alicia no sabía qué hacer ni qué decir. Esteban simplemente le volvía a gustar como por arte de magia mientras pensaba "este mundo es un pañuelo definitivamente."

- Hola Valeeeee!!!
- Hola mi Ali, mira a quien me traje por fin!!!
- Hola, mucho gusto Alicia. (No sé qué será mejor, que te acuerdes de mi o que no) – Pensó.
- Hola, Esteban Martínez mucho gusto… ¿te conozco de algún lado?
- Naaahh, no creo…
- Amor, Ali olvida muy fácil las caras de las personas, así que no le creas, seguro se habrán visto en algún lado, esta ciudad es un pañuelo...

La noche transcurrió tranquilamente, aunque Valeria con el afán de que Esteban socializara y le cayera bien a todas sus amigas, en especial a Alicia, insistía en que conversaran dejándolos solos en cada momento.

Ella simplemente no podía de los nervios, a pesar de que no había tenido nunca nada con él, había continuado por algunos años esperando a que apareciera en cualquier fiesta de garaje en el que pudiera arriesgarse a pedirle aunque fuera el número telefónico, pero nunca más volvió a verlo y ella se quedó con ese deseo incrustado por mucho tiempo y solo 3 años después volvía a aparecer como el novio de su mejor amiga. Ya cuando - aparentemente - lo había olvidado por completo.

Entre mas conversaba con Esteban más se interesaba en él pero el nombre de Valeria se le atravesaba por la cabeza todo el tiempo. Llevaba 6 semestres de ingeniería, se notaba que era un hombre inteligente, ahora conversador, había cambiado hasta su forma de hablar, con ideas y metas muy centradas en la vida y se reía siempre que a Alicia se le salía cualquier ocurrencia, típico de ella. Valeria por su parte estaba feliz de que después de tanto tiempo de solo hablar de él, pudiera incluirlo con toda confianza en su círculo de amigas que era mas bien cerrado para los hombres.

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