diciembre 22, 2010

¿SOBERBIA YO? - Lorena Chaparro*

Cuando recibí la invitación para escribir éste post, empecé a averiguar de qué se trataba esto de los pecados capitales y encontré que la Soberbia es el origen de muchos otros pecados, es considerada como la sobrevaloración del yo, la convicción que todo lo que uno hace es superior, por lo que se traduce en orgullo, vanidad, arrogancia etc.

A mi modo de ver, la soberbia es el origen de muchas de las confrontaciones que se nos dan en la vida diaria, por tratarse de la incapacidad de ser humilde, de bajar la cabeza y aceptar que se falló, que se hizo algo mal. ¿Cuántas veces hemos dejado de reconocer algo solo por el orgullo que nos produce? solo por no querer aceptar que se ha errado y que ese error, ha perjudicado a otro? ¿cuántas veces simplemente guardamos silencio y esperamos a que sea el otro quien venga a pedirnos disculpas, solo por considerar que él también cometió un error, y que por eso yo no reconoceré el mio, por no mostrarme débil?

Hago ésta reflexión porque encuentro, y reconozco, que en muchos momentos de mi vida he tenido discusiones que me han llevado incluso a perder el contacto con personas que en su momento fueron valiosas, y que marcaron mi vida de alguna manera, solo por el hecho de ser soberbia y no reconocer mis errores, incluso si en el momento no lo noté, o si fue una reacción involuntaria. Luego las relaciones se dañan, se transforman, y por más que se traten de reestablecer, y haya voluntad de las partes, hay algo que nunca se logra reparar, y eso es causado por los efectos de la soberbia.

En pocas palabras lo que quiero decir es que, el hecho que el otro haya cometido un error no nos exonera de reconocer el nuestro.

En éste sentido, los efectos de la soberbia no son más que sinónimos de ignorancia, que son a la vez la raíz de muchos de nuestros problemas sociales, que trascienden a lo político e internacional, y que a larga nos puede llevar ( y nos ha llevado) a producir guerras sin sentido. ¿Cuantas guerras en el mundo no tienen como solución el reconocimiento de los errores por las dos partes?. ¿Cuántos procesos de diálogo y reconciliación no han dado fin a años de enfrentamiento y luchas sin sentido?

Éste es un llamado a la humildad y a la sencillez, a que frente a nuestras confrontaciones pensemos siempre que nuestros problemas, aunque considerables, no son superiores a los de los demás, a que así como podemos sentirnos tocados o atacados, así mismo el otro puede estar sintiéndolo de nuestra parte. Detenernos ante los sentimientos de los demás, tratando de entenderlos nos puede llevar a comprender mejor la situación, pero además nos permite ser mejores personas, lo cual a la final nos llevará a construir mejores familias, sociedades y culturas.

* Lorena, una colombiana que ahora transmite desde Francia, 
la pueden leer en su Blog y en Twitter como @LorenaChaparro

1 comentario:

  1. Complicado, porque si la soberbia es un efecto secundario de la ignorancia es difícil quitársela de encima porque la humildad es la clave para el verdadero aprendizaje.

    Tal vez la clave esté en separar aquellas situaciones donde la soberbia sea un problema (como tratar de imponer a otros nuestras opiniones) y restringirla a esas situaciones que sólo nos afectan a nosotros (como nuestros gustos, coatumbres y opiniones). Como en todo, no hay lío en un poco de soberbia, pero no hay que dejar que se nos salga de las manos.

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