octubre 26, 2012

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA (CARA)


Esa noche estaba cansado de tanto trabajo, invitó a  salir una amiga que le encantaba y trataría de esa noche avanzar más, pues en oportunidades anteriores ella no le había soltado ni un beso; estaba retrasada por media hora y  cansado de esperarla en la puerta, decidió entrar al bar. Pidió una cerveza y se sentó en una mesa, mientras miraba el reloj constantemente sólo para darse cuenta de que no había pasado más que un par de minutos.  Extrañado vio como una mujer vestida maravillosamente se iba acercando a su mesa, revisó su celular, su amiga le decía que tardaba pero iba en camino, la mujer extraña se le acerca y le dice"esta va por mí"  ofreciéndole una botella de whisky para los dos, se lo dijo con  tanta seguridad y coquetería que estuvo a punto de picar el anzuelo, pero su boca reprodujo las palabras que él no quería decir "Mujer, gracias pero... ahora no puedo" y ella se retiró del bar mientras continuaba mirándolo de manera coqueta, con un poco de ira en su interior. 

Bibiana llegó finalmente al bar, se disculpó con Ernesto por su tardanza pero sólo para decirle "quiero presentarte a mi novio, ahorita viene para acá" él se quedó allí, sorprendido pensando en que estaba buscando lo que no se le había perdido en Bibiana habiendo dejado ir a esa mujer que lo había dejado sin palabras por un corto instante. Fue un jueves perdido, luego de que llegó el novio, se fue para su casa. 

Pasaron semanas, ya había dejado atrás lo que sentía por Bibiana y también  había olvidado aquella curiosa y atrevida mujer, nunca más se preguntó qué habría pasado si le hubiera aceptado la botella de whisky.  Hasta que llegó otro jueves cansado de trabajo de oficina, y sólo quería tomarse una cerveza, llegó al bar y vio una mujer deslumbrante en la barra, se dirigió hacia ella, la invitó a bailar, conversaron por ratos, ella era arquitecta, vivía sola,y aparentemente cerca del apartamento de él. 

Se acabó la fiesta y él decidió proponerle que siguieran en su casa, sin pensar que fuera a acceder, pero así fue y ya en el apartamento, pasaron horas en su cama, no hubo centímetro de su piel en el que no pasaran sus manos, sus lenguas, sus dientes... Hasta que finalmente cayeron dormidos, extasiados y exhaustos de placer.

A las horas él sintió el olor a café, miró el reloj que marcaba las 8:35 A.M, decidió quedarse en cama, expectante ante lo que podría pasar en ese momento, olía las sábanas con los ojos cerrados, recordando esa noche, Lucía tardó media hora en regresar a su cuarto, él se hizo el dormido, cariñosamente le dio un beso para despertarlo, se levantó y con gusto le preparó desayuno, no quería que ella se fuera, conversaron por horas hasta que pensó que era mejor pedir algo para almorzar, la retenía, la quería dejar para él. Luego de la siesta, él se despertó y notó que ella no estaba en la cama, la buscó en el apartamento, leyó la nota, no había teléfonos, no sabía su apellido para buscarla, sólo su nombre...

Confundido por lo que Lucía había generado en él, todos esos sentimientos explosivos de sentir que podía pasar con su compañía por mucho tiempo y ahora era ella la que se había ido dejándolo a la espera de volverla encontrar.  Después de eso, Ernesto decidió pasarse por el   bar todos los jueves y le preguntaba a los meseros si la habían visto, pero ella nunca más regresó y él no volvió a saber de ella y aunque había continuado con su vida, de tanto en tanto regresaba al mismo lugar esperando encontrarla como si nunca hubiera pasado un día de su ausencia.


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