julio 15, 2014

LA RULETA DE UN ADIÓS - Capítulo 1

Lleno de angustias miraba el celular de ella una y otra vez. Sabía que lo que hacía no estaba para nada correcto, sin embargo, ese mensaje que entró mientras ella estaba bañándose lo había dejado perplejo.

Todo comenzó con una confusión más de cuatro meses atrás, cuando una mañana de sábado él se despertó con el pie izquierdo, preparó café con el pesimismo del día que por obvias razones le resultó amargo y quemado. En silencio, se quedó mirando a Cristina que aun dormía, pero sentía que las cosas no iban a estar para nada bien entre los dos en lo que ella decidiera levantarse.

A la media hora Cristina se despertó y le sonrió a pesar de la cara que vio que estaba haciendo David. Él le ofreció el café que con poco amor había hecho, y sin embargo ella se adelantó a hablar.

- ¿qué te pasa David? 
- nada 
- Tienes cara de angustia, anoche todo estuvo bien, la fiesta quedó perfecta, fueron todos tus amigos, la gente del trabajo que aprecias... ¿qué te pasa? 
- Cristina, en mi cabeza ya te terminé, pero sigo sin ser capaz de decírtelo, de sostenértelo mirándote a los ojos, eso es lo que pasa. 
- Entiendo, pensé que tenía que ver con la fiesta, lamento haber llegado tarde... 
- ¿Ya ves? Sólo piensas en lo inmediato... Yo estoy pensando en algo que traigo en la cabeza hace unos días. 
- Bueno, pues es verdad. Esta relación no va para ningún lado y yo también lo venía pensando, pero sí, es mejor que dejemos así... Sé que debo empacar mis cosas, este es tu apartamento, así que la que sobra soy yo... 
- Cristina, espera...  ¿no quieres ni hablar qué pasa? ¿arreglar las cosas? ¿ni siquiera intentarlo?
- Creo que hay mucho que hablar, pero no soy de las que conversa, las decisiones están tomadas. Además David, si quieres que te diga lo que siento, puedo hacerlo, es muy sencillo. Se resume en que ya no siento nada, ya la química que teníamos cuando empezamos hace dos años, se ha venido desvaneciendo con cada cosa. Todos los días es un esfuerzo por verte, y duermo a tu lado sintiendo que somos nuestro propio enemigo. 
- Pero bueno, eso de la química se arregla ¿no crees? Los dos hemos aportado a que nuestra vida se haga rutina... 
- Sí, pero me cansé, yo ... la verdad yo... debo confesarte que estuve saliendo con alguien más... 
- ¿qué?
- ... Ya no lo veo, sólo fueron unas pocas citas, no pasó a "mayores"
- ¿Cuándo fue eso? 

Mientras Cristina le contaba detalles agrandados de la situación David empezaba a atar cabos, a unir momentos, discusiones, olvidos que ella había tenido de las cosas de la casa y de pareja; ató incluso cosas que no tenían nada que ver, empezó a asociar llamadas que nunca hubo, conversaciones largas de chat por el celular, que no pasaron. Pero todo lo sumó, cada uno de los detalles, con las fechas que ella daba sin ser precisas, los cálculos de las semanas le indicaban todo por lo que él había pasado y ella sin saberlo...


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