febrero 01, 2012

DE QUÉ EXTRAÑAS MANERAS

- ¿Hablamos? - Le pregunté hecha un manojo de nervios
- ¿Sí? Dime...
- No, a solas, ya sabes que...
- Ok, ok tú y tus misterios.

Caminamos juntos en silencio por todo el pasillo que nos llevaba a nuestro lugar secreto, a ese escondite que nadie sabía que existía, pero que de ser encontrado por otros, podría contar miles de nuestras historias, aquellas que allí iniciaron y hoy tal vez podrían terminar.

- ¿Qué tanto piensas? Te siento bastante callada, más de lo acostumbrado.
- Ya sabes que hablo poco y voy directo, no soy tan misteriosa como dices.
- Bueno y a qué se debe que quieras hablarme luego de todo lo que pasó entre nosotros... Quisiera saber en qué anda tu cabecita...
- Manuel, lo he pensado ya tantas veces y a pesar de todo ya he tomado una decisión, quiero saber si cuento contigo.
- Dime Vale, espero que no sea lo que creo, ya sabes que no estoy de acuerdo con eso, yo quiero... Yo lo quiero...

No podía con mi llanto, y escucharlo hablar me lo estaba haciendo más complicado. Lo interrumpí...

- Manuel no me digas nada, esto ya ha sido difícil desde el principio. Decidí que voy a abortar, no es justo traer al mundo a alguien a quien yo ni siquiera creo que existe.

1 comentario:

  1. Te lo he dicho antes, te lo repito ahora: cuando escribis uno simplemente se queda corto de palabras.

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