El capítulo IX
Pero si no lo ha leído desde el principio: Capítulo I
(Para adornar este post)
Martín contestó con gran preocupación, temblaba y temía lo peor. Mil pensamientos se le cruzaron por la mente. ¿aló? (En un español mal hablado y con acento francés una jóven le responde) - Monseur, toda su estadía está cancelada, no tendría de qué procuparse para salir al aéroport - Pero…¿y Dalia? ¿Sabe algo de Dalia? – pardon monseur, Je ne comprends pas.
Salió en su búsqueda desesperado, tenía solo 3 horas para encontrarla y recorría todos los lugares en los que había estado con ella. No tenía forma de localizarla, su preocupación siguió en aumento, la buscaba dentro y fuera de los cafés visitados, en los parques, entre las pequeñas calles, en las grandes avenidas, nada. Pensaba en cancelar su vuelo, pero tenía que llegar a Medellín en tres días. Decidió llamar a la mejor amiga de Dalia, que en pocas palabras le dijo: Tienes que regresar a Medellín, Lali llegará en su momento, ella está muy bien, no te preocupes! deja que haga las cosas a su manera ya que ha permitido que tú las hayas hecho a tu manera hasta hoy.
Desconsolado, confundido y con lágrimas en su rostro, se fue de París.
----------------------- MEDELLÍN -----------------------
El olor de la primavera se sentía en el ambiente, hacía un poco de frío pero soportable para los climas que antes había podido aguantar en las ciudades que conocía de Colombia. Pero la ausencia era cada vez más clara, ella no quería perderlo, nunca quiso perderlo, pero sabía que la lucha entre ser y parecer era muy compleja como hablar de política o religión.
Martín intentaba continuar con su vida, la extrañaba, la añoraba y no había día en que se despertara que no pensara ¿qué estará haciendo? ¿a qué lugar del mundo habrá decidido irse? ¿Estará con otra persona…estará sola? ¿Pensará en mí?. Llevaba casi 3 semanas sin saber qué había pasado esa noche en que ella decidió irse. Estaba bien, era lo que le decían sus amigas e incluso sus padres. Ten paciencia. Le repetían.