diciembre 24, 2010

SOLO MÍAS - Juliana Aristizábal*

Su mayor pasión era coleccionarlas, poseerlas, atesorarlas. Les daba cualquier cosa que pidieran, zapatos, ropa, y cuando estupidez femenina, según él, se les ocurriera.
Vivían en una casa enorme, él y las 5.

Cada una de ellas “pagaba” a su manera y él se sentía satisfecho con el trato.
Antonia cocinaba para él.
Catalina arreglaba la casa.
Lucía cantaba y tocaba el arpa.
Marcela bailaba para entretenerlo.
Alejandra le contaba cuentos cada noche antes de dormir.

Pero un día, nefasto, revelador, liberador, no sé sabe aún, todavía lo discuten, trajo a Carolina, la nueva, su última y mas deliciosa adquisición. Natalia no hacía nada. Sólo llegó por bonita. Él muy orgulloso, dijo que podría perderse en sus ojos infinitos y observar su pelo castaño por horas y horas.

Algo pasó en esa casa ese día.

Natalia se fue acercando a las demás, con sus ojos infinitos. Fue preguntándole a cada una si eran felices con lo que tenían.

Todas muy animadas contestaron que sí, que no les faltaba nada.
Nada… pensó. No les falta nada.

Y les preguntó a su vez si no era raro que no tuvieran atención, cariño, mimos y demás cosas que para las mujeres son importantes.

Se fue a dormir en silencio y dejó tras de sí una duda y el brillo de sus ojos en la noche.
Si las personas supieran lo poderosa que es la duda…

Al otro día Antonia cocinó horrible. Catalina se sentó al sol y a ver arco iris y la casa estaba sucia y desordenada. Lucía enmudeció y Alejandra escondió los libros de cuentos.

Natalia se sentó en su silla favorita y observó. Seguía sonriendo, como desde el primer momento, pero había un brillo muy particular en su mirada.

Cuando llegó a la casa y encontró todo “mal” se enojó, insultó, alegó y gritó. Les preguntó que si no estaban felices con el trato, que si no recibían todo lo que querían y necesitaban.
Y las 5 lo rodearon. Una por una le dijeron que querían amor, cariño, cuidados, atención y mimos.
El dijo que los objetos de una colección tienen todo eso y más a cambio.
Natalia le dijo que sólo quería exclusividad.

Muy despacio se acercó a él y lo besó. Le quitó la ropa muy despacio y lo besó profunda y apasionadamente, tanto que sus labios sangraron. Y ante el olor de la sangre, las otras 5 se abalanzaron sobre su cuerpo y le fueron pidiendo algo a cambio.

Terminó entregándoles la vida. Nada más podría dar a cambio un avaro.


* Juliana Aristizábal escribe en su Blog y  twittea como @julibelula

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