La noche del miércoles había transcurrido con total normalidad. Ellos, se miraban a los ojos mientras hablaban de ciencia, cine, amor, experiencias vividas y otras escuchadas, preferencias musicales y hasta pornografía.
Pero había algo en sus rostros que no permitía que las cosas fueran más allá de las miradas maliciosas furtivas y las caricias que con timidez compartían. Él, no lo demostraba todo por miedo a sentir completamente el remolino de emociones que se le generaba desde el estómago hasta la cabeza.
Las cartas ya estaban sobre la mesa (Tomarlas o dejarlas era una opción que a la larga se descubriría sin necesidad de decirlo abiertamente).
Martín era un hombre tímido pero al tiempo abierto como un libro a los temas que se fueran dando con aquella mujer, que lo tenía por momentos enceguecido y que en otros lo bajaba del cielo de un tirón, cual montaña rusa. Era de contextura gruesa y alto, de cara linda con cierto dejo de barba de pocos días, lo que hacía que aparentara un poco de más edad. Le gustaba conversar de todo y así evaluar a las personas de quienes se quería rodear constantemente, solía decir con tranquilidad "sino da la talla para hablarme de 'x' o 'y' tema, ya sale de mi vida".
Dalia por su parte, era conocida por sus amigos y familiares como Lali, desde muy pequeña se acostumbró a tener apodos amorosos con los que solía presentarse ante nuevas personas, dependiendo de su estado de ánimo. Era de rizos castaños y con sus ojos expresaba todo, incluso aquello que quería ocultar. Le gustaba escuchar todo tipo de música, aunque de "dientes para afuera" dijera que solo rock. Tenía una memoria impresionante para grabarse información no necesaria para la cotidianidad de su vida, sincera, frentera y sin pelos en la lengua para tocar temas que para sus amigas eran todo un secreto que había que callar. Y era quien ahora llegaba a la vida de Martín sin avisar.
Las cervezas se tomaban con gran facilidad, una tras otra, ni muy rápido pero tampoco tan lento para evitar que se calentaran, la conversación cada vez se hacía mas amena y Lali consideraba que podía darse más temprano que tarde, un acto que la llevara a la tranquilidad de saberse correspondida por Martín que era tan distante como cariñoso; jugando a ser el chico egoísta con Lali y ella de alguna manera sabía mover sus fichas para que él no notara del todo, que ese juego aunque le cansaba, consideraba que lo tenía que ganar y que él iba a ser su premio.
Pasaron varios años desde que Lali había concluido una relación tormentosa que la tenía desgastada en todos los aspectos y aunque no quisiera, su vida desde eso se había convertido en el solo ir y venir de sus estudios y posteriormente de su trabajo. Consideraba que no existían hombres disponibles para lo que necesitaba y se mostraba tranquila ante la idea de estar soltera y casi siempre a la orden. El problema surgía, cuando llegaba de la nada alguien que le llamara la atención, enfocaba todas sus energías, fuerzas y pensamientos en que tendría algo estable nuevamente y que todo volvería a estar bien en su corazón. Sin embargo, no se daba cuenta de que las señales le mostraban caminos muy diferentes y que muchos sapos llegarían antes de conocer a aquel hombre que la quisiera amar, tal como muchos que habían pasado por su camino le decían: “Tú te mereces ser amada y querida por todo lo que eres, pero...” esa frase ella ya la conocía y siempre le resbalaba ya que provenía la mayoría de las veces del hombre en que depositaba su esperanza, para más tarde darse cuenta de que era “uno más”.
Martín y Dalia se conocieron apenas unos meses atrás, coincidieron en una fiesta en la que ninguno de los dos esperaba nada, sólo cruzaron los nombres y no se volvieron a ver sino hasta un mes después. Ambos se recordaron al instante a pesar de haber sido cosa de dos minutos la presentación inicial. Martín la saludó con cierta efusividad, sin querer demostrar que la recordaba en cada rostro que veía en la calle, ella se hizo la desentendida.
Te Quiero Con Bugalú
Hace 1 año
Esta historia, que puede ser de amor o no, comienza como todas las buenas historias: con cierto dejo de timidez, con algo de picardía, tratando de hacer las cosas lo mejor posible!!
ResponderEliminarHabrá amor? habrá pasión? O no habrá nada!!!!
QUE SIGUEEEEEEEEEEEe
Lo dicho: Sólo se obtiene lo que se pide con indiferencia.
ResponderEliminarDIOS!!
ResponderEliminarEl inicio de la historia te deja pensando en mil vainas....Que va a pasar!?
Yo quiero más!!!
Ayyyy Diossss...!!!! Ya quiero saber como sigue esta historia que pinta muy buena...! =)
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarque bueno inicio... esto no se sabe para donde va a parar!!
muy interesante...
a ti tambien ay que hacerte sindicado????
Sin duda, engancha tu publicación. :)
ResponderEliminarInteresante, creo que seguiré los capítulos en otras ocasiones.
ResponderEliminarSaludos
Nibega