Le vendí mi alma al diablo cuando sin pensarlo di un sí equivocadamente, pero no, en ese momento no sabía quién era el diablo, no lo conocía, no quería que fuera él.
Le vendí mi alma al diablo, cuando permití que ese sí se prolongara por un tiempo que me pareció eterno, cuando en realidad fue corto, efímero y ligero.
Le vendí mi alma al diablo, cuando acepté lo que me daba, fuera mucho o poco, lo fui recibiendo con cuenta gotas, con la paciencia del que desea algo mejor.
Se la dí cuando me ahogaba en penas de soledades y me perdí en la claridad del bosque que me rodeaba a pesar de estar lleno de animales al asecho esperando mi caída.
Y sí, ahora que no la tengo te la pido de regreso, pues no quisiera que conservaras lo poco que quedaba de mí.
Te Quiero Con Bugalú
Hace 1 año
en ese momento uno dice: puta, me pasó!!!
ResponderEliminarSe la empeñaste, leé la letra pequeña del contrato! seguro que hay garantias!
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